Vivimos tiempos de intemperie: exceso de información, falta de sentido, vínculos frágiles, futuro en suspenso.
A esa intemperie la llamo también desamparo: cuando el yo queda solo ante todo.
Este manifiesto es una apuesta: pensar en comunidad para recuperar abrigo, límite y horizonte.
Porque el pensamiento aislado se vuelve espejo; el pensamiento compartido puede volverse camino.
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